Límites al ejercicio abusivo del derecho de retracto. Inconstitucionalidad en la sobreprotección del consumidor
Portada
Citas bibliográficas
Código QR
Autor corporativo
Recolector de datos
Otros/Desconocido
Director audiovisual
Editor/Compilador
Editores
Tipo de Material
Fecha
Cita bibliográfica
Título de serie/ reporte/ volumen/ colección
Es Parte de
Resumen en español
Con el buen ánimo que acompaña a la Ley 1480 de 2011 y el robustecimiento que han tenido las autoridades de protección del consumidor en Colombia, se ha presentado al derecho de retracto como una forma de terminación unilateral de los contratos, sin necesidad de justa causa, motivación o consideración por los intereses de los empresarios o agentes del mercado. Pero, contrario a lo anterior, tal potestad unilateral no se desprende ni sería compatible con las bases constitucionales de nuestro sistema institucional. El presente documento tiene como propósito evidenciar que, con la sobreprotección del consumidor, se ha creado en Colombia una institución que sería una excepción al principio general que prohíbe el abuso del derecho: el derecho de retracto en favor de los consumidores. Y, seguido de lo anterior, se argumentará por qué existe una serie de límites que las autoridades –y claro, los consumidores– deben tener en cuenta al momento de evaluar el ejercicio de este derecho de retracto.
Resumen en ingles
With the hope that escorts the Act 1480 of 2011 and the strengthening of the consumer protection authorities in Colombia, the right of withdrawal has been presented as a form of unilateral termination of contract without need of a just cause, motivation or any consideration for the interests of entrepreneurs and agents in the market. However, such unilateral power is not compatible with the constitutional foundations of our system. The purpose of this paper is to demonstrate that the overprotection of consumers, has created in Colombia an institution that would be an exception to the general principle that prohibits the abuse of rights. And subsequently, we will argue that there are a number of inherent limits that authorities –and of course, consumers– should take into account when evaluating the exercise of this right of withdrawal.